Bernardí Roig. HEM ARRIBAT A L’INFERN!

- Cuándo:
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Inauguración: 11 de septiembre de 2025, 20 h
- Espacio:
- Museu de Mallorca, Palma
- Comisariado:
- Sofía Borrás / Jackie Herbst
Hem arribat a l’infern! Frase detonante, por un lado, y destino final, por otro.
Principios de marzo de 1895. Predio de Son Corró, Costitx, Mallorca. Un labriego, con la espalda quebrada de tanto trabajar a destajo, propone a su capataz mover unas rocas enormes para ampliar el terreno de siembra y así obtener mayor provecho de la tierra.
Al atardecer, desplazadas las primeras piedras y cavada parte de la zona, la punta de la azada impacta contra un objeto metálico, seguido de la aparición de unos imponentes cuernos. Fue entonces cuando el labriego pronunció la frase crucial: Hem arribat a l’infern!
Aquel sonido metálico, fruto del extravío de la azada, fue el origen de la exposición «Caps [y] Bous. El tercer cuerno», en el Museo Arqueológico Nacional a principios de este año.
Esta fábula sobre lo fortuito nos habla de cómo el azar, mezclado con la imaginación de la cultura popular, produce un giro en la historia de un objeto. Los así llamados Bous de Costitx llevaban dos mil quinientos años sin existir, aunque alguna vez hubieran existido: idolatrados, protegidos, simbolizados e incluso enterrados. Representaban miedos, derrotas y alucinaciones, pero jamás tuvieron un cuerpo. Por ello, en ausencia de torso y extremidades, los colgaban de muros, postes o los apoyaban sobre columnas. El desenterramiento consistió en devolver de nuevo el espacio a la piel del objeto hallado.*
Mediados de septiembre de 2025. En el Museu de Mallorca hay un gran bodegón, un relicario de escombros dispuestos en un altar de nueve metros de largo donde descansan, atravesados por un trampantojo electrónico, los presuntos restos del naufragio opulento de la memoria.
Es una montaña de fragmentos desamparados que intenta formalizar una ausencia. Esa ausencia son los propios Bous, los originales de bronce, que están colgados en los muros del Museo Arqueológico de Madrid y enjaulados en el eterno reclamo de su devolución al Museu de Mallorca.
En la colección del museo hay cuatro vaciados de escayola patinada que simulan la piel de bronce de esas cabezas; dos copias realizadas en los años treinta y otras dos en los años ochenta. Ahora, en esta instalación, están acompañadas por una cordillera de cascotes, trozos y retales de memoria descosida. Hay orejas, cuernos, lagrimales, morros, ojos y pliegues de escayola; también polvo, mucho polvo, toda una metralla residual del proceso que intenta, todavía, atrapar la apariencia, solo visible en el instante del destello. Es la ilusión óptica de una presencia que aún no ha llegado. Sigue en Madrid.
El calambre continuo de una luz estroboscópica produce una insistente vibración lumínica que genera una discontinuidad de la presencia y trata de llevarla al lugar donde la experiencia se ahueca y deja paso al vacío.
El fulgor de esa luz nerviosa encierra una elocuencia espontánea e interrumpida; es el eco de la imagen que no está.
El destello es, naturalmente, el instante en que la oscuridad deja de hervir.
Esta arqueología del escombro, formada por patrones de desecho sacados de un mismo molde, se sostiene en una trama de intermitencias de lo visible que hiere la retina y desarticula las garantías de nuestra mirada. La condición innegociable de toda imagen es ser vista, por eso lo que vemos no es lo que hay, sino lo que nos mira.
Las imágenes hacen que las cosas sean, pero, sobre todo, son lo que ocultan.
* Texto de Bernardí Roig en «Caps [y] Bous. El tercer cuerno». Museo Arqueológico Nacional. Madrid. Enero-mayo 2025.
NOTA:
La instalación Hem arribat a l’infern! en el Museu de Mallorca es el tramo final de un proyecto de Bernardí Roig con los Bous de Costitx como imagen referencial.
Empezó en el Centre Pompidou de Málaga (2022) con «El laberinto de luz y la cabeza del Minotauro», continuó en el Museo Arqueológico Nacional con «Caps [y] Bous. El tercer cuerno» (2025) y concluirá el 25 de septiembre con una conferencia-performance del filósofo y crítico de arte Fernando Castro Flórez en el santuario postalayótico de Son Corró en Costitx.
Bernardí Roig (Palma, Mallorca, 1965). Su trabajo multidisciplinar (escultura, vídeo, dibujo, pintura, textos) es una reflexión obsesiva sobre el aislamiento, la pulsión erótica y el deseo a través de un destilado lenguaje de herencia minimalista y conceptual y que sitúa la representación de la figura humana en el epicentro de su problemática. Sus obras, obsesivas e inquietantes, se pueden entender como dispositivos de soledad en las que está presente la urgencia de «hablar desde la imposibilidad del habla», tratando de encontrar figuras e imágenes para un tiempo desquiciado.
En estos últimos años, el trabajo de Bernardí Roig se ha mostrado en numerosos museos e instituciones internacionales como el Kunstmuseum Bonn, Bonn; la Canterbury Cathedral, Kent; el MACUF, A Coruña; la Alte Pinakothek, Múnich; Ca Pesaro, Galleria Internazionale d’Arte Moderna, Venecia; Kunsthalle Krems, Krems; Triennale Milano, Milán; Carré d’Art, Nimes; IVAM, València; Museo Carlo Bilotti-Villa Borghese, Roma; Science Museum, Londres; Museo Nacional de Escultura, Valladolid; MUNTREF, Buenos Aires; Residenzgalerie, Salzburgo; Centre for International Light Art, Unna, Dortmund; Es Baluard Museu d’Art Contemporani, Palma; The Rollins Museum, Florida; Sala Alcalá 31, Madrid; Centre Pompidou Málaga; Fundación Picasso y Colección Museo Ruso, Málaga; The Phillips Collection, Washington; Centro de Arte Contemporáneo de Castilla-La Mancha, Toledo; y recientemente en el Museo Arqueológico Nacional, Madrid. Y en las galerías privadas Galería Max Estrella, Madrid; Galerie Klüser, Múnich; Galerie MLF/Marie-Laure Fleisch, Bruselas; KEWENIG, Berlín/Palma; Galeria Miguel Marcos, Barcelona; Mario Mauroner Contemporary Art, Viena, y Cardi Gallert, Milán/Londres.
Su obra ha sido reconocida con diversos premios como el 37th Prix International d’Art Contemporain de la Fondation Prince Pierre de Monaco, Montecarlo, 2003, o el Official Award of the 21st International Biennial of Graphic Arts de Liubliana, Eslovenia, 1995, entre otros.





