Bernardí Roig. Todos los icebergs son negros. Films 2000-2018
- Espacio:
- Tabacalera Promoción del Arte (Madrid)
- Artista:
- Bernardí Roig
- Comisariado:
- Nekane Aramburu
La exposición «Bernardí Roig. Todos los icebergs son negros. Films 2000-2018», comisariada por Nekane Aramburu, es un proyecto expositivo gestado desde Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma, donde se presentó la primavera pasada, y que ahora ampliado y reformulado, el Ministerio de Cultura y Deporte abre al público en Tabacalera.
Esta muestra propicia la investigación, análisis y revisión del complejo universo del artista a partir de la presentación y decodificación de su obra audiovisual, desplegada en una apasionante disposición escenográfica, como un viaje iniciático entre la apropiación y la recreación de sus imágenes y construcciones visuales.
Su trabajo audiovisual es la superficie sobre la que se solidifican en movimiento las líneas fundamentales de su proceso creativo que parte siempre del dibujo. Es síntesis de un universo afacetado, de un barroquismo de metáforas cultas que a través de una cierta narrativa revela sus obsesiones y la obstinación por combatir la incomunicación del ser humano frente a un destino condenado a la extinción.
En esta ocasión, para superar el desafío que supone exponer en Tabacalera, el artista ha grabado el film «La Joie de Vivre» en los espacios de Tabacalera, que se materializa en una gran instalación multicanal en la entrada de la exposición. Bernardí Roig ha convocado a un grupo de mujeres como homenaje al primer colectivo sindical femenino, Las cigarreras; rebelde, apasionado, contestatario e independiente que cohesionó la precariedad de la condición de mujer trabajadora para fortalecerla.
Descendientes o no de esa fuerza social, alzadas en sus zapatos de tacón, desnudas y rebosantes de carnalidad habitan sus cuerpos generosos con plenitud. Son presencias espléndidas, señalizadas por la vida y saciadas de grafías, tatuajes y cicatrices. Allí, en Tabacalera, como en el cuadro de Matisse «La Joie de Vivre», se persiguen, ocupan y amplían esos espacios con sus risas, abrazos, confidencias y correrías, acosadas y filmadas por un dron; ese ojo con alas.
