Jannis Kounellis. Laberinto sin paredes
- Espacio:
- Espacio A
- Inauguración:
- Comisariado:
- David Barro
La obra de Jannis Kounellis es un viaje en el tiempo, la odisea de una insistencia o el obsesivo reintegro de unas ideas que han de ser destiladas con un sentido nuevo. Infiltrarse en la historia es como adentrarse en el océano para abandonarse a un laberinto sin paredes. Él mismo acertó a definirse como un hombre antiguo y un pintor moderno. Porque su visión es arqueológica, como una excavación en la memoria que se asienta en una relectura crítica del pasado interpretada desde su particular lenguaje, radicalmente contemporáneo. En este caso, esta exposición emerge como una suerte de pecio a partir de una serie de elementos que aluden al viaje, la migración y los medios de transporte marítimos, fundamentales en la globalización, aunque ya casi obsoletos. Kounellis expresa una añoranza por la pérdida de la dimensión poética del viaje en la era industrial y esta muestra transmite esa sensación de desplazamiento físico y emocional.
La instalación principal está conformada por un conjunto de nueve velas venecianas dispuestas en forma de abanico, evocando historias de navegación, memoria e historia. En esta obra, las velas, que abarcan desde el siglo XVII hasta épocas más recientes, simbolizan el patrimonio cultural de Venecia y su conexión con el Mediterráneo, pero también la nostalgia crítica respecto a la transformación del comercio marítimo y la ausencia de la huella del individuo en la industria de su presente. Estas velas son pinturas que nos recuerdan cómo los veleros eran adornados con marcas que identificaban esos barcos y su tripulación, en muchos casos con formas que suponían cierta protección en su condición religiosa. Es, por tanto, una especie de lamento y homenaje, una advertencia de que cada historia es importante.
La exposición incluye también otra serie de obras con velas que el artista realiza años más tarde, ya entrado el siglo XXI; por un lado, al reutilizar antiguas velas blancas mallorquinas de algodón; por otro, unas coloridas velas italianas que se retuercen como un escorzo caravaggiesco. Tensadas y plegadas sobre marcos de acero, estas velas, que se muestran dobladas y con pliegues, marcadas por el uso, conservan la memoria de su vida anterior en el mar. A través de materiales cargados de significado, Kounellis propone una reflexión sobre la huella humana en los objetos, pero también una reflexión sobre la pintura y sus posibilidades. Todo ello se advierte en otra de sus series más representativas –«Albatros» (2001)– a partir de un conjunto de obras compuestas de secciones rotas de un barco de madera que cuelgan suspendidas frente a placas de acero inclinadas, evocando el desgaste y la memoria de los objetos. Estas obras se acompañan de un enorme fragmento del lateral del mismo barco que se impone a la mirada por su contundencia vertical. Una vez más, en el viaje que emprende el artista está implícita la presencia de un drama que hay que descifrar. Porque Kounellis nunca es un artista neutro y tampoco lo son sus materiales ni los de sus soportes. El peso, como el peso de la historia, es lo que esconde cada material, y también la medida tiene relación con lo que significa ser humano.
«Jannis Kounellis. Laberinto sin paredes» refleja y se asienta en la infancia del artista en el puerto de El Pireo y su vínculo con el mar como espacio de intercambio cultural. Estas obras tienen el aroma del origen, de lo mitológico, del escenario de lo vivido o heredado. El propio artista lo ha descrito en ocasiones diciendo que no existe tradición en frío, y es en esa sensación de viaje donde mejor podemos ubicar su atracción por el laberinto, cuestión que va mucho más allá de sus dibujos. Porque el viaje no es solo un movimiento físico, sino también un viaje vital que va conformando nuestra identidad a través de los cambiantes contextos, lugares, culturas y experiencias que uno va encontrando. Kounellis siempre se sintió fascinado por lo lejano, por adentrase en nuevos horizontes. El desplazamiento es una circunstancia contemporánea, y es en este sentido que tenemos que entender el laberinto, que desde un punto de vista filosófico simboliza el camino iniciático para la sabiduría, una puerta de entrada al desafío intelectual que supone abrazar la incertidumbre y descubrir que en cada esquina habita un nuevo comienzo sin respuesta definitiva, que invita a seguir explorando. El laberinto es así un viaje interior, un abismarse en la búsqueda del centro perdido. El laberinto es el eco de la historia.
Con la colaboración de KEWENIG, Palma / Berlín y Archivio Kounellis.
Jannis Kounellis (El Pireo, Grecia, 1936 – Roma, 2017) es uno de los artistas fundamentales de la historia del arte en la segunda mitad del siglo XX. Tras estudiar en la Universidad de Atenas, asistió a cursos en la Academia de las Artes en Roma y ahí comenzó a desarrollar su carrera como pintor, primero al representar letras y grafías sobre materiales inusuales y más tarde superando el cuadro como soporte e incorporando materiales encontrados, seres vivos o sustancias orgánicas, mientras sustituía el lienzo por placas de metal que se convertirán en la superficie principal de sus obras. A través de su trabajo, Kounellis pone en tensión materiales y confronta situaciones opuestas, casi siempre a partir de materiales industriales vinculados al mundo laboral que adquieren condiciones semánticas. A finales de los años sesenta comenzó a realizar esculturas, instalaciones y performances con gran teatralidad con el fin de abarcar lo fragmentario y efímero; será entonces cuando se convierta en uno de los nombres destacados del arte povera que dominarán la escena contemporánea en los años setenta.
La obra de Jannis Kounellis se incluyó en la exposición «When Attitudes Become Form» comisariada por Harald Szeemann en la Kunsthalle Bern en 1969, así como en varias ediciones de Documenta y de la Bienal de Venecia. Recientemente ha sido objeto de dos grandes exposiciones retrospectivas, una comisariada por Germano Celant en la Fondazione Prada en Venecia en 2019 y otra por Kit Hammonds en el Museo Jumex de Ciudad de México en 2023. Entre sus exposiciones individuales institucionales destacan las acogidas en el Kunstmuseum Luzern, Lucerna (1977); Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris (1980); Whitechapel Gallery, Londres (1981); Städtische Galerie im Lenbachhaus, Múnich (1985); Institute of Contemporary Art, Nagoya (1985); Castello di Rivoli, Turín (1988); Stedelijk Museum, Ámsterdam (1990); Kestner Gesellschaft, Hannover (1991); Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid (1996); Albertina, Viena (2005); Kunstmuseum Liechtenstein, Vaduz (2006); Museo d’Arte Contemporanea Donnaregina, Nápoles (2006); Neue Nationalgalerie, Berlín (2007); Museo d’Arte Contemporanea Roma (MACRO), Roma (2016); Walker Art Center, Minneapolis (2022); Museo Jumex, Ciudad de México (2023), entre otras. Jannis Kounellis ha tenido una importante presencia en Mallorca al estar representado por la Galería Pelaires y Kewenig Palma/Berlín.
Su obra está presente en destacadas colecciones internacionales, tales como Kunstmuseum Bonn; K21 Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen, Düsseldorf; MoMA – Museum of Modern Art, Nueva York; Centre Pompidou, París; Tate Britain, Londres; Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York; Centre Pompidou, París; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; Museu Serralves – Museu de Arte Contemporânea, Oporto; Stedelijk Museum, Ámsterdam; Migros Museum für Gegenwartskunst, Zúrich; o CGAC-Centro Galego de Arte Contemporánea, Santiago de Compostela.