Es Baluard Museu

Elisa Braem. Nos encontramos en la noche

Elisa Braem, "Reflejo solar" (detalle), 2025. Gres, 49x 38x 38 cm. Cortesía de la artista. © de la obra, Elisa Braem, 2025. Fotografía: Grimalt de Blanch
Espacio:
Espacio D
Inauguración:
Artista:
Elisa Braem
Comisariado:
Aina Pomar Cloquell

«Nos encontramos en la noche» nos invita a entrar en el universo escultórico de Elisa Braem, caracterizado por la experimentación con arcilla y esmalte, combinados en este proyecto con madera y metal. El trabajo con estos materiales integra formas animales, vegetales y humanas, que coexisten con elementos naturales y arquitectónicos. Es una simbiosis que apunta al acercamiento humano hacia su entorno.

Con una práctica profundamente ligada a la filosofía, un lenguaje que bebe de la poesía, y con referentes artísticos de distintas épocas, Braem se interesa por aquellos espacios y elementos aglutinadores que nos reúnen bajo un mismo cielo. La noche actúa como lugar de encuentro y su oscuridad nos transporta a un estado de naturaleza paradójicamente más humano, abierto a la transformación y a una conciencia salvaje y permeable.

Las esculturas se despliegan como extensiones de esta conciencia. Manifiestan el interés de la artista por entidades universales como el cielo, la naturaleza o la luz. Con su práctica, Braem pone en relación la fascinación humana por el universo, la importancia de la penumbra en la pintura o la fragmentación del territorio bajo la mirada humana, trasladando estos temas al trabajo matérico. Estas observaciones se codifican en figuras que acercan el mundo terrenal al universal, que pueden ser formas semejantes a pájaros, a una montaña o el símbolo del infinito.

Esta mirada también incide en la tradición pictórica y filosófica del paisaje. El trabajo con arcilla hace presente que la materia proviene de lugares concretos —la montaña, los sedimentos, la tierra—, y en cierto modo regresa a ellos. Consciente de cómo la mirada humana sobre el territorio desdibuja las fronteras entre cultura y naturaleza, Braem no crea obras sobre el paisaje, sino que trabaja el proceso de convertirse en paisaje.

Este sentido de construcción y transformación acompaña a la artista tanto en la concepción como en la producción de las obras. El pensamiento fluye entre la lectura y el dibujo, entre la escritura y la cerámica, entre el concepto y el gesto. La arcilla no es solo materia, sino también metáfora sedimentaria: un registro de tiempo acumulado, de decisiones e indecisiones, de fuerzas que interactúan. Una actitud contemplativa que vincula el hacer artístico con la forma de habitar el mundo.

Aviso de Cookies

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación. Leer la Política de Cookies.